Sus palabras, mis palabras. Mis palabras, las suyas. Hablamos cuando hacen falta palabras, y callamos cuando no son necesarias. Y es que a veces duele. Palabra que no se puede conjugar en ningún tiempo verbal, porque “Yo duele” no tiene ningún sentido y debería cambiarse por “A mi me duele”. Me duele que te vayas, que no estés a mi lado, te quiero pero no te tengo. No te tengo cuando más me gustaría tenerte, porque te necesito.
Necesito cuatro segundos para abrazarte, cuatro segundos para besarte y cero coma cero cinco segundos para decirte que te quiero. Te quiero porque te quiero y punto, no hay un motivo exacto. Y es que los dos amamos los pequeños detalles, nos encanta tener sueños extraños, difíciles, pero no imposibles, porque “Lo imposible solo tarda un poco más”, tú mismo lo dijiste.
- No te rindas nunca- Dice el
- Jamás-Le respondo
- Sueña con cosas imposibles.
- No hay nada imposible, si lo hay solo tarda un poco más ¿Recuerdas?
Lloró, se seco las lagrimas, me abrazo, sonrió.
- “Lo imposible solo tarda un poco más”- Dijo él acercando sus labios a los míos.
- Ha sido imposible, ha tardado un poco más, pero ha merecido la pena. Le bese, sonreí a mitad del beso, le volví a besar.
Lo imposible ya estaba conseguido, le tenía a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario