miércoles, 28 de septiembre de 2011

El amor es como los libros


No me crees? Imagina que estás en una biblioteca. Recorres las estanterías con la mirada hasta que un libro en especial llama tu atención. Lo coges y empiezas a leer una, dos, tres páginas. Notas cómo las palabras se te hacen pesadas y necesitas una enorme fuerza de voluntad para terminar el primer capítulo. Lo consigues y empiezas el siguiente, esperando encontrar algo nuevo, pero no. Te das cuenta de que ese libro no es para ti y lo abandonas.
Otra vez recorres -quizás más atentamente- las estanterías y finalmente te decides por otro libro. Comienzas a leer… y te resulta adictivo. Sin darte cuenta ya vas por el octavo capítulo y dos horas se te han pasado como cinco minutos. Te debates entre leerlo todo de un tirón o saborearlo más lentamente. El error más común que cometemos cuando encontramos el primer libro que de verdad nos gusta es que lo leemos demasiado rápido, sin prestar atención a los pequeños detalles, nos saltamos páginas, lo descuidamos… De pronto nos damos cuenta de que las páginas se han acabado y de que hemos llegado al final. Nos queda un sabor agridulce en la boca y lo dejemos en la estantería, algo avergonzados y con la promesa de que el próximo lo apreciaremos más, pero con ganas de volver a experimentar esa sensación tan estupenda que te deja algo cuando estás descubriéndolo.
Cada final es triste y contento al mismo tiempo.Contento porque ha sido un excelente libro y estás orgulloso de él. Triste porque al fin y al cabo, ha terminado. Se terminaron las sorpresas, el suspenso, los secretos...
Ante esa situación algunos deseperados y ansiosos por sentir de nuevo optan por buscar libros de segunda mano, de esos que ni tienen nombre. No les gustan, pero sirven para pasar el rato…
otros por el contario descubren que lo ideal sería un libro que se escribiera sobre la marcha en el que sin nada establcido todo qudaria en manos de los persoajes...
supongo que al fin y al cabo crear una novela propia, única e irrepetible que merezca la pena ser leida y releida porque en cada lectura se encuentre una sorpresa es a lo que algunos de estos lectores aspiran...
sea como sea he de decir que me encanta releerte, que estoy segura de que eres una caja de sorpresas y que estoy harta de los tópicos de que las segundas partes nunca fueron buenas...
me queda tinta, me quedan ganas y ganas de improvisar
N

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